Por: Adriana Vega
Lo reconozcamos o no, muchos de los que estudiamos comunicación social lo hicimos porque teníamos la certeza de que no queríamos nada que tuviera que ver con números y cifras. “Odiaba las matemáticas y sabía que en comunicación social no se veía esa materia”, es una de las razones por las que yo misma he argumentado porqué estudié esta carrera.
Lo curioso es que aunque maldigamos y odiemos las cifras, no hay nada que obsesione tanto a un periodista como los datos.
Siempre que llegan a una rueda de prensa es lo primero que preguntan: ¿Cuántos mueren al año? (si es una enfermedad), ¿cuánto vendieron? si es un evento comercial, y así una infinidad de cuántos: ¿cuánto facturaron? ¿cuánto creció? ¿cuántos impactos? ¿cuánto producen?, etc., etc., etc.
Hablo de TODOS los medios. Cualquiera que encienda el radio, prenda la televisión o lea un periódico nacional verá que la fórmula se repite infinitamente: Un incremento de XX por ciento, XX accidentes, XX labiales, XX cuadernos entregará la campaña… Y no hablo de los medios económicos, que por obvias razones trabajan con números.
Pareciera como si ese desprecio por los números que nos llevó a estudiar una carrera humanística se haya convertido en obsesión para probar al mundo que también somos capaces de entender del tema.
Una cliente de nuestra agencia, que gerencia una feria, nos “pelea” con razón todas las veces. Ella no logra entender cómo es que los metros cuadrados de los stands, el número de participantes o las cifras de ventas son más importantes que una gran historia de vida de uno de los participantes o las experiencias que viven los asistentes en este evento.
Las agencias de comunicación, que estamos en la mitad entre nuestros colegas y las empresas, cada vez que redactamos un comunicado, tenemos que mediar y negociar el tema. Por supuesto, lo primero que preguntamos nosotros son los números (por qué sabemos que es lo primero que nos van a preguntar los colegas).
Obvio que es más que eso y que los datos dan a los medios la “validez e importancia del tema”. Se que los editores deben incluir números que respalden y dimensionen el tamaño y la importancia de la noticia. Aún así, quiero dejar una reflexión sobre si de verdad las cifras son SIEMPRE tan vitales como los medios consideran o podemos dar la vuelta y buscar otros caminos para romper ese infinito círculo vicioso.
El camino alternativo de VEGA JARAMILLO es el storytelling, ADN de nuestra agencia. Estamos convencidos que los números son fríos, aburridos, no cuentan historias, son poco emotivos y por tanto, no se quedan en las memorias de las personas.
Y es que, hablando de cifras, es 100% más probable que alguien repita y cuente una historia emotiva que vio en el noticiero, a que recuerde cuál fue el porcentaje de la incidencia de cáncer en Colombia en el último año.
Esta es pues una invitación para nuestros colegas que siguen teniendo esa relación amor-odio por las cifras para que le crean más a su olfato y su sensibilidad, y le den de vez en cuando una patadita a los porcentajes y números. Para cambiar el cuánto por el por qué o el para qué.